En 1944 tres jóvenes supieron que tenían que contestar «nein» al médico nazi Josef Mengele cuando les preguntó en Auschwitz si estaban embarazadas, un engaño que permitió «milagrosamente» que tres bebés sobrevivieran, aunque uno de ellos, Eva Clarke, recalque hoy la palabra «suerte».
Eva Clarke, Hana Berger y Mark Osly son los bebés que nacieron y sobrevivieron al campo de concentración de Mauthausen casi al término de la Segunda Guerra Mundial, cuya historia y la de sus respectivas madres embarazadas en los guetos en los que habían sido confinados los judíos y luego transportadas en los «trenes de la muerte» ha reunido la periodista y escritora británica Wendy Holden.
Hija de Anka Nathanová, fallecida a los 96 años, Eva Clarke tuvo muy claro que quería contar la historia de su madre y de cómo pudo sobrevivir y darle la vida a ella y así se lo dijo a Holden cuando le trasmitió su intención de escribir el libro: «Llevo 70 años esperando», contestó, según ha recordado hoy en una entrevista con Efe.
Y es que hace 70 años, Eva llegó al mundo en una carreta llena de mujeres muertas o enfermas de tifus a las puertas de Mauthausen, el campo de concentración conocido como «el quebrantahuesos» y al que llevaban a su madre, al igual que a las otras dos mujeres que protagonizan el libro, que no se conocían entre sí.
Tras 16 días de viaje en uno de los «trenes de la muerte», sin comer ni beber prácticamente, Anka y las dos otras dos madres llegaron el 29 de abril de 1944 al campo de concentración, en cuya entrada se puso de parto, ha recordado la autora.
Cuando los tres «bebés» se conocieron, las madres de Berger y Osly ya habían muerto, pero Anka seguía viva: «Fue muy emotivo. Les dijo que también eran sus bebés», recuerda Holden.
Ambas han destacado la necesidad de que se conozcan estas historias, porque «hay holocaustos contemporáneos» y se debe enseñar a las próximas generaciones lo que no tiene que volver a pasar.