Un hombre de nombre Mark engañó a su novio Yuval para que pensara que disfrutaba de un flashmob neoyorquino cualquiera.
Conforme iba avanzando la coreografía, se dio cuenta que para él era la parafernalia
Pos cómo alguien va a decir que no con semejante mamarruchada manas ¡Y a ustedes que ni los tacos al vapors les invitan! ¡Que viva el amorssssss!