Al que no lo calienta ni el sols es a mi Alejandro Sanz, quien al parecer tiene tremendas deudas porque se le ha juntado el tambache de ropa y podría quedarse con una mano tapando su berenjena y con la otra cubriendo su donut.
Y es que figúrense nomás, mis cielas, que mi Sanz, además de atender y mantener a todos los críos que tiene con tres mujeres distintas, enfrenta una tremenda demanda de divorcio con mi comadre Raquel Perera, que se ha puesto bien perris la chica, al denunciar que dejó todo para dedicarse en cuerpo y alma al cantante y al hijo que tienen en común desde que se casaron en 2012 (la pareja se separó en julio de 2019).
El mitote no termina aquí, hijas, porque mi Raquelush, desde el 29 de mayo de este 2020 que metió la demanda de divorcio, y en la que pide manutención para el hijo que tienen en común, manutención para ella, nivel de vida del top para ella y el crío, seguros de vida, seguros de gastos médicos mayores para ambos, entre otras cosas, sigue apareciendo como presidenta en las tres compañías que tiene Alejandro en Estados Unidos: Alja Productions, Gazul Productions y Music On Wheels.
¡Y eso no es todo, manas, porque ya ando quedando fritaaaa! En Estados Unidos el cantante tiene la dolariza y cuentas bien congeladas, le embargaron un mansión espectacular en Miami porque no ha pagado la hipoteca desde 2017 y la deuda, con todo e intereses, ¡supera los 11 millones de dólares!
Por si fuera poco, manas, a mi Sanz le llueve sobre mojado, porque debió vender una propiedad en España en 10 millones de euros para solventar varios gastos como el pago abogados y la liquidación por la tremenda demanda que perdió con su ex manager, porque resultase ser que le pagó más de cinco millones de euros por 25 años de trabajo.
Ay, my darlings, con tanta dinera a la vista y sin uso en mi cuenta bancaria, ¡hasta la boca ya se me secó y la cutícula se me brotó al escribirles este chismauer!