Manas, que alguien detenga mi homosexualidad un momenta, en lo que agarro a chanclasos al tal Vladimir Putin.
Ya sabemos el nivel de homofobia que existe en Rusia, y sabemas que Putín se caracteriza por ser el menos lgbtfriendly en el munda, hasta podría ser amiguis de Laura Zapata o de Esteban Arce, pero buena, resulta que en medio de los festejos del Pride, la embajada de Estados Unidos colocó una bandera arcoiris afuera de su cede en Moscú, y como claramenta esto es casi un delito, pues que va una reportera de chismosa y que le pregunta que qué opinaba de esa bandera, y su respuesta muy burlona hizo que a su tía Escándala le hirviera la sangre color unicornia.
«¿Quién trabaja en este edificio? Dejémoslos celebrar. Eso dice algo sobre la gente que trabaja ahí», expresó el Vladimir ese. ¡Qué coraje!
Por si esto fuera poco, Putin firmó las enmiendas constitucionales aprobadas por la comunidad rusa, y entre ellas está la que reitera que el matrimonio es válido solamente entre un hombre y una mujer, por lo tanto, que las parejas homosexualas ni sueñen en casarse. ¡Agárrenme que lo abofeteo!