A un refugiado afgano gay de 18 años se le negó el asilo en Austria porque los funcionarios determinaron que no era lo suficientemente «homosexual» como para ser homosexual.
Asustado por su integridad en Afganistán, el joven solicitó asilo basado en el hecho de que él es parte de la perseguida minoría Hazara en su país de origen. Posteriormente, apeló alegando su orientación sexual, que en su país de origen es ilegal debido a la Ley Sharia y puede ser enjuiciado, lo que da como resultado una posible pena de muerte. Dijo a los defensores que inicialmente tenía miedo de salir, Pero el funcionario de inmigración escribió en su informe: «La forma en que caminas, actúas y te vistes no muestra ni lo más mínimo que puedas ser homosexual».
Además, el funcionario señaló que el joven había estado involucrado en peleas en el centro de refugiados donde estaba siendo alojado temporalmente, sin embargo, el funcionario decidió, basado en varias “observaciones“, determinó que no era tan homosexual. Además, la preferencia del joven por pasar tiempo solo hizo que el funcionario se preguntara: «¿No son los homosexuales más bien sociales?».
