Pese a que lo hemos hablado mucho, no ha sido suficiente para entender el terrible daño que hacen las terapias de conversión, que son esos métodos inhumanos cuya finalidad es “curar la homosexualidad».
Aunque la Organización Mundial de la Salud afirmó que la homosexualidad no es una enfermedad, hay muchas mentes cerradas que siguen pensando lo contrario, y someten a jóvenes a violentos ECOSIG, o sea, Esfuerzos por Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género. Conociendo el daño que estos “tratamientos» hacen a quienes son víctimas de los mismos, países como Ecuador, Brasil y Malta han prohibido que se ejerza este tipo de violencia en sus jóvenes y niños, y todo parece indicar que Canadá podría convertirse en el cuarto país del mundo en penalizar estas acciones.
Mediante dos peticiones, más de 70 mil canadienses han pedido al gobierno que se sancione a aquellas personas que ejerzan u obliguen a alguien a ser sometido a una terapia de conversión. En la primer petición, la cual ha recaudado 11,200 firmas, se pide a las autoridades reformar las leyes para que este tipo de acciones sean ilegales. Por otra parte, la segunda petición, lanzada por It Gets Better Canada ha logrado 58,400 firmas que solicitan a la administración de Justin Trudeau, poner en las leyes que Canadá se opone a las terapias de conversión y otros tratamientos relacionados.
Habrá que esperar la respuesta por parte del gobierno.