Casi 700,000 adultos en los Estados Unidos han recibido terapia de conversión en algún momento de su vida en un intento de ‘curar’ su homosexualidad.
Según un estudio del Instituto Williams, un grupo de expertos sobre orientación sexual y leyes de identidad de género y políticas públicas en la UCLA, aproximadamente la mitad de ese número recibió el llamado tratamiento cuando eran adolescentes. Se estima que 20,000 jóvenes LGBT entre 13 y 17 años serán sometidos a terapia de conversión por parte de un profesional de la salud licenciado antes de cumplir los 18 años, además, alrededor de 57,000 jóvenes recibirán el tratamiento de un consejero religioso o espiritual.
«Muchas asociaciones de profesionales de la salud y el público respaldan el uso de la terapia de conversión en jóvenes LGBT», dijo Christy Mallory, directora de políticas estatales y locales del Williams Institute y autora principal del estudio. «Nuestra investigación muestra que las leyes que prohíben la terapia de conversión podrían proteger a decenas de miles de adolescentes de lo que los expertos médicos dicen que es una práctica dañina e ineficaz». La terapia de conversión es la práctica de intentar alterar la orientación sexual o identidad de género de una persona a través de formas psicológicas y métodos físicos.
En su forma más extrema, implica una terapia de choque en la que las personas LGBT son sometidas a descargas de electricidad mientras se ven escenas de afecto del mismo sexo.
