Un grupo de jóvenes miembros de la comunidad LGBT en Irak, están haciendo un cambio al convertir sus historias de vida, en arte.
Luego de narrar su salida del clóset, Ahmed, un joven de 18 años, tomó la decisión de convertir sus tragedias en un mensaje lleno de esperanza para otros jóvenes que, como él, fueron humillados por familia y amigos luego de declararse abiertamente homosexual.
«La última vez que escapé de casa, mi padre dijo que nunca podría volver. Hizo que mis hermanos le prometieran que nunca me contactarían. Le dijo a mi madre, que era mi última esperanza de obtener algún tipo de apoyo de mi familia, que se divorciaría de ella si intentaba ayudarme de alguna manera. Así que dejé mi hogar, y mi familia, para siempre», contó Ahmed sobre su amarga experiencia.
Rasan es el nombre del colectivo que llena de murales arcoíris muchos lugares de Irak, esto como muestra de apoyo para quienes se sienten solos y en algunos casos, tristes. La finalidad de estas pinturas es demostrar que pese a cualquier circunstancia siempre se puede ser feliz sintiéndose orgullosos de quienes somos.