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Cristina Ortiz, “La Veneno”, la mujer trans que conquistó a España y al mundo

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La Veneno Imagen Fotonoticia

Manas, la vida de Cristina Ortiz no fue fácil, desde su niñez sufrió rechazo, porque desde muy pequeña supo que era diferente. Después de huir de su familia y de su pueblo y trabajar de modelo y camarera en Torremolinos, Cristina se instaló en Madrid e inició su transición a comienzos de los noventa.

Empezó a tomar hormonas, pocos meses después, a prostituirse en el Parque del Oeste de la capital y según contó tuvo muchos problemas con las chicas que ya trabajaban en la zona. Terminó por convertirse, según relató ella misma, en “la puta que más ganaba: hasta 100.000 pesetas por llevármelos a casa”.

En 1996, a Cristina le hicieron una entrevista en el programa nocturno Esta noche cruzamos el Mississipi para un reportaje y fascinó a su presentador, Pepe Navarro, y a España, eso momento, cambiaría su vida para siempre.

“Lo hacía con gracia y un toque muy personal. Se ponía a hablar de su vida cotidiana: el sufrimiento que vivió en su pueblo, los maltratos, el sexo con un cliente o sobre sus amigas”, apunta Vegas.

Gracias a La Veneno, España descubrió a personajes como Sandra, la Camellona, La Walkiria, o Paca la Piraña. También los destrozos que hizo Marisol, la falsa cirujana del Raval: “No te ponía silicona sino aceite de aviones. Inyectaba silicona con una jeringa para caballos”, contó entonces.

La Veneno fue de las primeras caras visibles de la realidad de las mujeres trans y el trabajo sexual, mostrando un mundo que hasta entonces había permanecido oculto, en la sombra.

Entró a los hogares de muchas personas y tocó miles de corazones, su popularidad se disparó, aparecía en programas, series y alguna película; grabó dos sencillos (Veneno pa’ tu piel y El rap de La Veneno); hizo una gira por España con un show cabaretero.

Llegó a trabajar en Latinoamérica, pero volvieron los problemas. En 2003 entró en prisión, acusada de estafa por quemar su piso e intentar cobrar el seguro. Pasó tres años en una cárcel de hombres. Después de salir de prisión regresó a la televisión y en 2016 cumplió uno de sus sueños: publicó su autobiografía con su amiga Valeria Vegas, autoeditada que presentó en octubre de ese año.

En noviembre de 2016, su pareja la encontró golpeada y amoratada en su casa y murió. Tras dos autopsias, la conclusión fue que se había caído en el baño después de haber consumido ansiolíticos. Su cuerpo fue incinerado y parte de sus cenizas se esparcieron en el Parque del Oeste, como ella quería.

Este año, la familia de Cristina, siguió insistiendo a las autoridades para que reabrieran su caso, la investigación policial siempre ha sostenido que Ortiz sufrió un fuerte golpe en la cabeza tras ingerir alcohol junto a ansiolíticos. Ahora la Fiscalía Provincial de Madrid ha impugnado el recurso presentado por la representación legal de la familia de La Veneno contra el auto que denegaba la apertura de nuevas actuaciones para investigar la causa de su muerte.

Una posibilidad que se rechazó porque, según afirma el comunicado de la Fiscalía, “en el último informe aportado por un perito de parte no se desprendía ningún indicio nuevo acerca de la presunta muerte violenta de la actriz que no se hubiera valorado antes”,

La Fiscalía también alega que tanto el informe de la autopsia de Cristina Ortiz como la investigación policial que se realizó “ya descartaron la existencia de un presunto delito de homicidio”. Y se remiten para apoyar su decisión al informe forense donde se recoge que la muerte sucedió “por un fracaso visceral multiórganico con septicemia y hemorragia menigo-encefálica” y que no existía en su cuerpo ninguna lesión de lucha o defensa que pudiera hacer pensar en un escenario violento como causa del fallecimiento.

Hijas, siempre recordaremos con gran cariño a la gran Cristina Ortiz, La Veneno.