Los datos más recientes del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI) revelan un preocupante incremento en los delitos motivados por el odio en los Estados Unidos, con un enfoque especial en el entorno educativo, donde la situación empeora para el estudiantado LGBTQ+.
Escuelas y campus universitarios: Escenario preocupante
Según el último informe de la Oficina Federal de Investigación (FBI), los delitos motivados por el odio han experimentado un aumento generalizado, destacando las escuelas y campus universitarios como áreas de especial preocupación.
En 2022, estos lugares representan el 10% de todos los delitos motivados por el odio documentados, convirtiéndose en el 3er. lugar más común de estos incidentes, después de los hogares y las carreteras.
Víctimas y tipos de delitos
Durante el período analizado, las víctimas más comunes de estos delitos en el ámbito escolar fueron estudiantes negros, seguidos por estudiantes judíos.
El estudiantado que se identifica como LGBTQ+ ocuparon el tercer lugar en la lista de grupos más victimizados.
En 2018, se reportaron 700 delitos, mientras que en 2022, la cifra aumentó a 1,336.
La intimidación fue la ofensa más común, seguida de la destrucción (de pertenencias, equipos, bienes materilaes) y el vandalismo, así como la agresión, con un promedio de 4.1 incidentes diarios.
Crecimiento preocupante en delitos motivados por el odio hacia las personas de las poblaciones LGBTQ+
El informe del FBI, destaca un aumento del 19% en los delitos motivados por el odio contra la comunidad LGBTQ+ en 2022 en comparación con el año anterior.
Kelley Robinson, presidenta de la HRC, expresó su preocupación, señalando que estos datos son un indicador alarmante del estado de emergencia en el que se encuentra esa comunidad.
El informe del FBI subraya que la participación en la recopilación de datos es voluntaria para la mayoría de las agencias, lo que puede conducir a informes incompletos o la falta de datos sobre crímenes de odio.
Reducir hasta erradicar las violencias
Es esencial que la sociedad en su conjunto, y especialmente las instituciones educativas, se comprometan a denunciar y abordar estos incidentes para crear un entorno seguro y respetuoso para todos los estudiantes.