Viktor Orban, el líder de extrema derecha de Hungría y Primer Ministro de esa nación, aprovecha que tiene un poder absoluto para ponerle trabas a las personas trans.
El parlamento húngaro acordó extender los poderes ya fuertes de Orban otorgándole el derecho de gobernar por decreto indefinidamente, lo que significa que ya no necesita consultar a otros legisladores antes de tomar decisiones.
Sus poderes entraron en vigencia el lunes por la mañana, y por la tarde su diputado Zsolt Semjén había presentado un nuevo proyecto de ley que, si se aprueba, reemplazará «género» con «sexo de nacimiento» en todos los documentos legales emitidos en el país.
El efecto de esto es que los ciudadanos húngaros no podrán cambiar su género legalmente, un retroceso significativo de los derechos en el país de Europa del Este.
Dado que los datos en documentos oficiales como tarjetas de identificación, licencias de conducir y pasaportes se toman del registro civil, el cambio también los afectaría.
El memorándum explicativo del proyecto de ley establece que la legislación actual no define el «género» como se determina biológicamente, y agrega: «El género ingresado en el registro civil se basa en hechos determinados por los médicos, declarados por el registro».
Además, afirma: «Dado que cambiar completamente el género biológico es imposible, es necesario establecer por ley que tampoco se puede cambiar en el registro civil».
Orban no respalda los derechos LGBTQ y se ha negado a ratificar la Convención de Estambul por su definición de género como una construcción social.
En 2015, bloqueó un acuerdo para prevenir la discriminación LGBT + en Hungría y en 2017 fue anfitrión y habló en nombre de un grupo anti-LGBT + en Budapest.
Para que se den una idea de como piensa el Primer Ministro, Hungría no participa ya en el concurso Eurovisión, porque ese concurso es «demasiado gay«.
Orbán pidió un boicot a Coca-Cola tras una campaña publicitaria con fotografías de una pareja gay.
El actual primer ministro de Hungría, comparó a los defensores del matrimonio igualitario y la adopción de parejas homosexuales con los pedófilos.
En 2018, la Ópera de Budapest suspendió el musical Billy Elliot después de una campaña de un diario progubernamental que afirmaba en diferentes artículos que los jóvenes que fueran a ver la obra corrían el riesgo de “convertirse a la homosexualidad”.
Fuente: El País