Un anciano hizo prometer a su esposa que cuando muriera colocara en su ataúd una caja con toda su fortuna, porque quería poder llevarlo con el en la otra vida”.
La esposa, le prometió de corazón que lo haría. En el funeral la viuda se levantó y antes de que cerraran el ataúd, sacó de su cartera una pequeña caja y la colocó junto al cadaver.
Una amiga suya le dijo “Espero que no estés tan loca como para haber puesto en esa caja todo el dinero de tu marido”, ella contestó: “Soy una buena mujer y no puedo mentir”.
Y al final le confesó: “Primero lo metí en mi cuenta bancaria y luego le extendí un cheque. Puede ir a cobrarlo cuando quiera”.
¡Que perraaaaaa manas jajajajajaja!