Una mujer decidió vengarse de su pareja después de que él le hiciera creer que había metido a su perro en la lavadora.
Hizo que saliera su novio de la regadera diciéndole que le tenía una sorpresa por su cumpleaños. Minutos después le tapó los ojos, le quitó la toalla que lo cubría y lo hizo sentar sobre una silla blanca que tenía bandas de cera depilatoria.
El chavo tardó varios segundos para darse cuenta de lo que estaba pasando. Finalmente, cuando notó que su trasero y sus partes íntimas estaban completamente pegadas a la silla, intentó separarse del objeto. Para poder finalmente tuvo que arrancarse los vellos. ¡Ouch!