La serie streaming basada en su vida, fue la cereza del pastel para que la icónica Cristina ahora si fuera «conocida mundiá».
Luis Miguel Romero
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En 2020, «La Veneno» inició su camino para ser realmente «conocida mundiá», como solía decir ella. En ese año, la plataforma de entretenimiento streaming española ATRES Media, lanzó la a serie biográfica «Veneno”, inspirada en la famosa, actriz y vedette trans española, uno de los íconos LGBT+ más importantes de la España.
La serie nos acerca de una manera precisa y detallada, a la vida de esta mujer, conocida y recordada por sus polémicas y temperamento. Pero también por su extraordinaria belleza, simpatía, nobleza, y sobre todo, por su enorme valor para enfrentar una vida que se le presentó, en gran parte, complicada, insegura y hostil. En esta ocasión, este espacio está dedicado a recordar su vida y obra.
Cristina Ortiz Rodríguez nació el 19 de marzo de 1964 en Adra, Almería, España. «Joselito», como le llamaban en su infancia, siempre supo, desde muy pequeño, que era una mujer. Por supuesto, la situación no fue nada fácil. En la cerrada sociedad de la España franquista, Cristina fue objeto de burlas y maltratos de mucha gente, incluyendo su propia familia. La hostilidad con la que su madre abordó el hecho de que ella era diferente, la marcó por el resto de su vida.
Valiente y decidida como era, comenzó a abrirse camino en la vida y trabajó como diseñadora y estilista. Dotada de un físico atractivo desde antes de su transición, participó en el certamen de belleza masculina Míster Andalucía, consiguiendo el primer lugar en su edición de 1989.
A principios de los 1990’s, se traslada a Madrid e inicia su camino definitivo para convertirse en Cristina. Inicialmente solo utilizaba indumentaria femenina y actuaba en algunos shows de transformismo. La falta de oportunidades laborales, la llevó a ejercer el trabajo sexual en las calles de Madrid, específicamente en el famoso Parque del Oeste de la capital española. De acuerdo a sus propias palabras, a pesar del hostil y peligroso ambiente, esos fueron los años más felices de su vida.
Su sobrenombre de «La Veneno» le fue otorgado por una de sus compañeras de oficio y amiga: Francisca Aracil Cáceres, mejor conocida como «Paca La Piraña». Esto después de que Paca vio a Cristina defenderse de un cliente abusivo, arremetiendo contra el con un zapato.
En 1996, Cristina fue descubierta por el periodista y presentador de televisión español Pepe Navarro, cuando una de sus colaboradoras (Faela Sáinz) realizaba un reportaje sobre el trabajo sexual en el Parque del Oeste. Su belleza y desparpajo al ser entrevistada, fascinó tanto a los ejecutivos de la televisora, como al teleauditorio. Navarro decide invitarla a su popular late night show «Esta noche cruzamos el Mississippi», de la cadena de televisión española Telecinco. Allí Cristina termina de seducir a la audiencia gracias a su interesante plática, simpatía y desinhibida y arrolladora personalidad. Es así como «La Veneno» se convierte en colaboradora habitual del programa.
A partir de ese momento, su fama crece como la espuma, convirtiéndose en toda una celebridad mediática en toda España. “La Veneno” se vuelve colaboradora habitual de otros programas de televisión y hasta se lanzó como cantante. También trabajó como modelo y cruzó el océano, llegando a trabajar en la televisión argentina. «La Veneno» también fue la estrella de dos películas para adultos: «El secreto de La Veneno” y «La venganza de La Veneno», ambas lanzadas en 1997.
Un aspecto a destacar es que, la fama de Cristina, se basó en su belleza, carisma y química con la cámara, pero también por su temperamento y forma de reaccionar ante situaciones adversas, muchas veces provocadas por las propias cadenas televisivas para entretener a la audiencia. Esta situación fue una triste realidad para muchas mujeres trans de los medios en aquella época.
La tragedia
Por desgracia, el éxito profesional de “La Veneno”, no coincidía con su éxito personal. En 2003, Cristina fue engañada por su entonces pareja, un vividor que la involucró en un fraude a una compañía de seguros. Tras ser juzgada, fue condenada a prisión. Su condena duró tres años. Purgó su condena en una prisión masculina, donde afirmó vivir un infierno, situación que escandalizó a la comunidad LGBT+ de su país.
En 2006, Cristina obtuvo su libertad. Reapareció en los medios para contar su tragedia. Padecía de sobrepeso, estaba sumida en la depresión y el alcohol y en una franca decadencia. Cristina vuelva a los platós de televisión, donde, nuevamente, fue colocada en controversias y situaciones donde mostraba su temperamento. Cristina era graciosa enfadada, y esto, levantaba los ratings.
Más tarde, sufrió de bulimia y de nuevo cayó en prisión, purgando una condena menor de ocho meses. Por fortuna, esta se cumplió en una prisión femenina. A pesar de todo, luchó por retomar su carrera y popularidad, trabajando como vedette y haciendo apariciones estelares en programas del corazón de la televisión española.
En 2016, «La Veneno» publicó su autobiografía titulada «¡Digo!, Ni p#ta, ni santa: Las memorias de La Veneno». Esto fue posible gracias a la incansable labor de la periodista Valeria Vegas, admiradora de “La Veneno”, a quien conoció luego de su primera condena en prisión. El libro fue un gran éxito de ventas, pero también levantó polémicas. Cristina afirmaba que, en su faceta de trabajadora sexual, había tenido encuentros con gente muy poderosa y famosa dentro y fuera de España. Esto por supuesto, puso a varios nombres importantes de España a temblar de miedo. Ella afirmaba:
“Yo me he relacionado con gente que mueve a España con un dedo”.
Justo un mes después de la publicación de sus memorias, Cristina supuestamente sufrió un accidente en la bañera de su hogar, golpeándose la cabeza. Su novio la llevó al hospital, donde murió el 9 de noviembre de 2016, con tan solo 52 años de edad.
Supuestamente, el accidente que le provocó la muerte, se debió a que había mezclado alcohol con barbitúricos. Muchos se muestran incrédulos con esta versión. Algunos afirman que Cristina fue víctima de un ajuste de cuentas por alguien que estaba aterrado por la publicación de sus memorias. Ella misma había declarado en los medios haber recibido amenazas de muerte por la publicación de su mencionada autobiografía.
Con la muerte de “La Veneno”, se fue uno de los íconos LGBT+ más populares de España y del mundo. Y es que «La Veneno» fue una de las primeras personalidades trans en tener visibilidad en los medios españoles. Sus restos fueron incinerados. La mitad de sus cenizas reposan en su pueblo natal; la otra mitad fue esparcida en el Parque del Oeste de Madrid, lugar que fue su “base de operaciones” por algún tiempo y en donde brincó a la fama. Incluso, el ayuntamiento de Madrid ha colocado una placa en su memoria en dicho sitio.
«Veneno pa’ tu piel»
El 2020 marcó el regreso de «La Veneno» gracias a la serie biográfica que se mencionó en las primeras líneas de este artículo. Dicho serial fue creado por Javier Calvo y Javier Ambrossi basados en su libro de memorias. «La Veneno» es interpretada en las diferentes etapas de su vida por las actrices Jedet Sánchez, Daniela Santiago e Isabel Torres.El éxito de la serie, ha llevado a Cristina por todos lo rincones del globo.
¿Por que es importante su serie? Por que, a través de Cristina, se refleja la vida de muchas mujeres trans, sobre todo aquellas que nacieron en un tiempo pasado, donde la situación era aún más hostil hacia ellas que en el presente. Miles de ellas murieron en el anonimato, y a través de «La Veneno» y su bioserie, de alguna manera se dignifica su memoria y se le recuerda al mundo su existencia y paso por este mundo.
Larga vida a Cristina «La Veneno» y su emotivo legado…¡Digo!
LECTURA SUGERIDA:
*Valeria Vegas & Cristina “La Veneno”: “¡Digo! Ni puta, ni santa: Las memorias de La Veneno” (2016), España.