Philip Lyle Hansen, un neozelandés, le sacaba los dientes a sus amantes mientras tenía sexo con ellas. Los hechos tuvieron lugar entre los años 1998 y 2011.
En cinco horas el jurado llegó a la sentencia: culpable de seis de los diez cargos a los que se enfrentaba. El acusado, que ha admitido su estima por las «mujeres gordas y desdentadas», solo pretendía que sus amantes ahorrasen dinero en dentistas.
Les sacaba los dientes con unos alicates y sin anestesia. Una de las víctimas relató a los fiscales la experiencia. Según afirmó, sintió que Philip, armado con los alicates, tocaba sus dientes. A continuación los escuchó crujir.
El neozelandés, de 56 años, ahora tendrá que rendir cuentas ante la justicia, espera la pena que deberá cumplir.