¡Hijas! Una comadre mía trans en Rusia resultó victoriosa luego de demandar porque no se le permitía ver a sus hijos solo por su cambio de identidad.
En una victoria por el derecho de una madre trans a mantener el contacto con sus hijos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó el 6 de julio que la negación de Rusia a su visitación de una mujer trans violaba sus derechos a la vida familiar y la libertad de discriminación.
La mujer, conocida en los documentos judiciales como AM, tuvo dos hijos con su cónyuge antes de separarse. Después de que un tribunal local reconoció legalmente su transición de género, AM continuó con visitas regulares a sus hijos durante 17 meses hasta que su excónyuge obtuvo un fallo judicial para cortar las visitas.
La excónyuge argumentaba que cualquier contacto posterior con los niños dañaría su salud mental, distorsionaría su moral y percepción de la familia, conduciría a la intimidación en la escuela y violaría la ley de “propaganda gay” de Rusia.
Este razonamiento es sumamente aceptable en Rusia, donde el rechazo a la comunidad LGBT+ se justifica habitualmente por motivos de protección infantil. No hay base para tales afirmaciones, sino una amplia justificación de que las leyes de “propaganda gay” perjudican a los niños.
El Tribunal Europeo determinó que la decisión de restringir el contacto de AM con sus hijos se tomó “en ausencia de cualquier daño demostrable a los niños” y no se basó en una “evaluación equilibrada y razonable”.
“La conclusión ineludible es que su identidad de género estuvo constantemente en el centro de las deliberaciones sobre ella y estuvo omnipresente en todas las etapas del proceso judicial”, expresó la Corte Europea, por lo que restringir el contacto de AM con sus hijos debido a su identidad de género fue discriminación.
Sin embargo, lamentablemente, el Tribunal Europeo se negó a considerar las reclamaciones que AM presentó en nombre del derecho de sus hijos a la vida familiar, con el razonamiento de que solo el padre con custodia podía hacerlo. El gobierno ruso no se opuso a que AM planteara esas afirmaciones pues al expulsarlos por motivos técnicos, el tribunal no tuvo en cuenta los derechos de los niños y no hizo ningún esfuerzo por obtener sus opiniones.
La sentencia victoriosa para AM condena a Rusia a indemnizar a esta mujer transexual, con 9.800 euros por daños morales y 1.070 en concepto de costas judiciales, aunque como se mencionó anteriormente, todavía hay mucho por defender.
