Recientemente se dio a conocer que Christian Chávez había sido acusado por – supuestamente – transmitir VIH a un escort. El manejo de la información que dieron algunos medios expone dos grandes preocupaciones que no podemos seguir replicando.
Por un lado, la divulgación errónea entorno al VIH que sigue alimentando la creencia de que este virus se contagia, cuando en realidad se trata de una transmisión; además, de la idea de que vivir con VIH es una sentencia de muerte, cuando hoy por hoy ya no es así, pues se puede vivir con el virus y tener calidad de vida.
Desgraciadamente, estas creencias nutren el estigma que provoca que las personas que viven con VIH sean discriminadas y tratadas de forma diferente a aquellas personas que viven sin él.
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Y, por otro lado, está el delito de «peligro de contagio» el cual está vigente en el código penal en 30 de los 32 estados de México.
Ricardo Baruch, doctor en ciencias; maestro en salud pública, investigador de la International Planned Parenthood Federation, Western Hemisphere Region y miembro de Sexcándala, explicó a través de un hilo en Twitter el por qué la acusación contra Christian Chávez es absurda.
Es prácticamente imposible saber quién transmitió el virus a una persona
Con excepción de personas que hayan tenido una pareja sexual única durante su vida, siempre habrá un rango de incertidumbre. Muchas veces esto se presta para acusar a alguien como venganza.
Una persona que vive con VIH y es indetectable no transmite el virus
Una persona que vive con VIH y se encuentra en tratamiento, consiguiendo así tener una carga viral indetectable no puede transmitir el virus, aún si no utiliza condón. Afortunadamente la mayoría de las personas con VIH en México están en tratamiento e indetectables por lo que, aun teniendo sexo sin protección, no “ponen en riesgo” a otros.
La transmisión sexual del VIH es cosa de dos, excepto si se trata de una violación
Al menos que se trate de una violación, la transmisión sexual del VIH es cosa de dos. La responsabilidad de decidir si se usa o no condón es de ambas partes por lo que no se le puede dejar toda la responsabilidad a una sola persona.
El VIH no es una enfermedad mortal
Adquirir VIH no significa que tienes una enfermedad grave o mortal. Se puede tener una buena calidad de vida si conoces tu estatus y tienes acceso a los medicamentos. Por ello no se puede considerar que es una sentencia de que vivirás enfermo o que pronto vas a morir.
Fomento de estigma y discriminación
Al existir delitos como “peligro de contagio” se fomenta el estigma y la discriminación hacia las personas que viven con VIH, ya que se les considera focos de infección, lo cual es totalmente falso ya que la transmisión se puede dar sólo en situaciones muy muy específicas.
La SCJ y la CNDH se han pronunciado en contra de estas medidas
La Suprema Corte de Justicia y la Comisión Nacional de Derechos Humanos ya han dicho que este tipo de medidas que tratan sobre “infecciones de transmisión sexual” son violatorias de los derechos humanos, cuando analizaron el caso del Código Penal de Veracruz, aunque otros 29 códigos estatales tienen textos similares.
Aquí puedes consultar la Acción de inconstitucionalidad que promovió la CNDH en el Estado de Veracruz.
Hace unos días, varios medios amarillistas dieron a conocer que acusaron a Christian Chávez por supuestamente transmitirle VIH a un escort en CDMX. Quise hacer un hilo para explicar por qué el delito de «peligro de contagio» no tiene sentido y debería ser eliminado 👇
— Ricardo Baruch D. (@baruchdom) December 11, 2020
Es importante que sepas
La Comisión Ciudadana Anti-Sida de Álava, explica que desde los primeros casos de VIH a principio de los años ochenta, las personas con VIH han sido uno de los grupos más estigmatizados en la sociedad. El estigma y el rechazo asociado al virus en gran parte se relaciona con la percepción de que esta enfermedad es una amenaza para las personas y para la sociedad.
Dicha percepción fue construyéndose por los medios de comunicación desde la aparición del VIH y, aunque los avances médicos han permitido controlar en gran medida el progreso de la enfermedad y su transmisibilidad, esta construcción mediática estigmatizante y discriminatoria sigue vigente.
Es así como los temores irracionales a la infección por el VIH; las actitudes y juicios negativos hacia las personas que viven con el VIH persisten a pesar de décadas de campañas de información pública y otros esfuerzos de sensibilización.
Las personas que viven con VIH y perciben altos niveles de estigma y discriminación presentan altas probabilidades de retrasar la inscripción en la atención médica hasta que están muy enfermas.
No podemos seguir replicando estas ideas que hacen tanto daño, no más estigma, no más discriminación. ¡Pongamos un alto ya!