¿Alguna vez has dejado de leer el prólogo para asumir el riesgo del mismo libro? Sin prejuicios, sólo tú, el autor y la historia… ¿Te ha pasado que sabes cómo terminará una novela, pero aun así decides sumergirte en cada día de la trama? Me encuentro ahí, en el ¿Clímax? O quizás en el final de la historia, Parado frente a ti, 6 de junio frente a la salida de vuelos internacionales; Dos humanos contemplando nuestros rostros, miradas que saben que todo ahora se convierte en pasado y el tiempo se vuelve en un juego que nos habla de un futuro, nos rodean recuerdos que se construyeron a largo de 4 meses.
Dicen que en la vida tendrás 3 amores y cuándo entiendes a cada uno todo se vuelve más sencillo; Te convertiste en mi tercer amor, ese amor inesperado que crece de manera natural, Imprevisto, que si lo hubiéramos planeado quizás nunca hubiera funcionado de la misma manera. Desde el día uno decidimos retar al tiempo y disfrutar cada momento juntos sin pensar en el mañana, de nuevo dos niños jugando a ser adultos en un mundo hecho para los grandes. Sabíamos que nos encontrábamos contra reloj y que al final alguien gritaría ¡Tiempo! y tendríamos que respirar por unos momentos, dar nuestro último beso y despedirnos sin saber que sería del otro.
6 de junio se grabó en mi memoria cómo la navidad para un niño, pero en esta ocasión no habría regalos al despertar al día siguiente, si no, habría una gran ausencia, se habría fugado la sonrisa que logró girar mi mundo a lo largo de 5 meses. Caminas lento, perdiendo el pasado entre la gente que aborda ese vuelo que tiene destino al pasado, pero sonríes, agradeces y caminas hacía tu destino.
En la cuenta regresiva de año nuevo, suelo saltarme la carrera de comer uvas pidiendo deseos, para sólo pedir felicidad en mi año y en está ocasión, Dios me escuchó y supo que eras tú quien me enseñaría a ver la vida con otro enfoque, amar mis defectos y a dar una pausa para disfrutar cada momento. Te convertiste en lo que suelen llamar un amor de verano, ese amor que te gustaría que durara más tiempo o que fuera para siempre pero que al final tienes claro que cada uno tiene sueños que cumplir y de esa manera el amor gana más, dejando ir a quien, para ti, fue la razón por la que sonreías en los días nublados.
Si me preguntas, nuestra historia se escribió el día uno, en una bicicleta obsesionados a darle la vuelta al parque con el sol sobre nosotros; Pasaron los minutos y sabíamos que la mejor opción era resignarnos a parar bajo un árbol y conocer más del otro y nuestras vidas. Llegó y fue con una facilidad casi imposible, pasaron los días y empezabas a formar parte de mi vida, pero el lugar que marco la historia, fue justo a la orilla del mar color turquesa, aquel lugar que se quedó con todos nuestros secretos, miedos y vivencias. Ese lugar que, aunque pasa el tiempo, siempre estará presente en nuestra memoria.
Nunca me han gustado las etiquetas, así que llámalo vida, momentos o simplemente amor; pero conocíamos que existía algo, de lo que nos aferrábamos, algunas veces de manera positiva y algunas otras de maneras que no nos favorecían. Pero todo esto era parte del juego, de las reglas que no decidimos leer y simplemente fuimos creando las nuestras mientras soltábamos los dados.
No tengo la certeza si usaremos punto y coma, puntos suspensivos o se convertirá en un punto final después de Junio, si nos veremos pronto o simplemente si nos cruzaremos de nuevo, pero lo que estoy seguro es que siempre contaré nuestra historia. Esa historia que estoy seguro que escribimos de manera natural.
Quisiera que me faltaran dedos para la cuenta regresiva de Junio, pero al final se nos queda mucho por escribir en la historia de los dos, pero en está ocasión será por separado.
Y ahora estoy parado frente a ti, 6 de junio frente a la salida de vuelos internacionales…
Gracias, AACP