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Daria Serenko, la activista que le hace frente al estado ruso a través de la literatura

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Daria Serenko
En su publicación «Chicas e instituciones», la activista LGBT+ Daria Serenko expone las expresiones femeninas oprimidas por el estado ruso.
¡Mis lectoras! La escritora rusa y activista LGBT+ Daria Serenko se exilió a Estados Unidos el pasado mes de marzo del 2022, y se ha destacado desde hace varios años por su defensa de los derechos de las personas sexo disidentes, una labor que ha venido gestando desde su adolescencia, mucho antes de las políticas anti LGBT+ de Vladímir Putin.

Ahora, desde su estancia en Estados Unidos, presenta su libro «Chicas e instituciones», relato que se encarga de rescatar las vidas de mujeres invisibilizadas que han estado en la primera línea al servicio de Rusia.

Serenko fue testigo en carne propia de los mecanismos que la burocracia rusa utiliza a la hora de ejercer control sobre sus compatriotas, especialmente sobre las personas que trabajan en las entidades públicas.

Chicas e instituciones es editada al español por el sello Errata Naturae.

En «Chicas e instituciones», mi Daria se encarga de representar a los cientos de mujeres que se encuentran en estado de invisibilidad y que no son escuchadas a pesar de las protestas y escándalos políticos. El libro se centra en aquellas mujeres que trabajan en los organismos culturales del estado ruso, al tiempo que dibuja un mundo particularmente tenebroso e impositivo.

“Mi escritura no va a salvar a las personas de las bombas ni de resultar heridas, no las salvará de los misiles rusos. Pero la escritura puede influir en la gente y cohesionarla. Muchas de las lectoras de «Chicas e instituciones», ahora forman parte de movimientos antimilitaristas. Muchas mujeres que, por culpa de la precariedad, no pueden permitirse dejar de trabajar para el Estado se oponen a él de forma clandestina”, declaró la autora.

La escritora presenta mujeres encargadas de preparar exposiciones, cuadrar presupuestos e inclusive falsificar las estadísticas de asistencia, ante la presión de los órganos estatales y sus objetivos a cumplir. La activista dibuja una realidad en la que se normaliza la desigualdad de sueldos, pero también a mujeres que se plantean qué será de su futuro, si deciden convertirse en madres.

“Es un libro que se ha vuelto muy popular entre las mujeres feministas en Rusia, pero por desgracia no creo que esta situación dure mucho porque hace poco me han nombrado Agente Extranjero en el marco de la organización feminista contra la guerra en la que participo y soy cofundadora”, declaró serenko.

Ella misma fue parte de esas “chicas” que ven mermada su libertad política y de pensamiento, las que esperan que suceda un apagón para confesar que han sido llamadas a declarar por su participación en alguna manifestación, afiliarse a un sindicato o simplemente haberse divorciado.

La autora plasma la vigilancia extrema que el estado ruso mantiene sobre quienes se atreven a alzar la voz; que vigila a las mujeres que se atreven a desafiar su poder o incluso a aquellas que dedican cada aliento a cumplir en su puesto de trabajo.

Con información de Infobae