Los líderes de la Iglesia Metodista Unida, (la 2a. dominación protestante más grande de Estados Unidos), anunciaron un plan que dividiría formalmente a la iglesia después de años de división por el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Según el plan, que rompería una denominación con 13 millones de miembros en todo el mundo, se crearía una nueva denominación «metodista tradicionalista», y continuaría prohibiendo el matrimonio entre personas del mismo sexo, así como la ordenación de clérigos gays y lesbianas.
En febrero del 2019, 53% de los líderes de la iglesia y los miembros laicos votaron para endurecer la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo, declarando que «la práctica de la homosexualidad es incompatible con la enseñanza cristiana «.
En los meses siguientes, un comité de 16 obispos y otros representantes de la iglesia elaboraron un plan, quienes determinaron que la separación era «el mejor medio para resolver nuestras diferencias, permitiendo que «cada parte de la Iglesia permanezca fiel a su comprensión teológica».
«La solución que recibimos es un alivio bienvenido al conflicto que hemos estado experimentando», dijo el reverendo Thomas Berlin, quien representó a grupos que se oponían a la discriminación contra personas LGBT. «Estoy muy alentado de que la Iglesia Metodista Unida haya encontrado una manera de ofrecer una solución a un largo conflicto».
De esa forma una iglesia metodista será conservadora y contra las personas LGBT y otra ala de la iglesia metodista seguirá incluyendo a las personas LGBT en su culto.