Manas, estas noticias nos ponen de buenas, el 31 de marzo celebramos el día de la visibilidad trans, es por eso que amamos ver un ejemplo como este, ya que, la reverenda Josephine Inkpin está haciendo historia desde Sidney, Australia, al ejercer como la primera pastora anglicana trans en el mundo.
Josephine dirige desde hace años Pitt Street Uniting, la iglesia más grande de la ciudad (y una de las más importantes de su país), además de que permanece casada con su esposa, quien también es pastora.
Y vivir abiertamente como mujer no solo la ha llevado a predicar, sino también a trabajar como activista de los derechos trans y en la lucha contra la crisis climática.
“Soy Josephine Inkpin, reverenda anglicana y ministra de la Iglesia Pitt Street Uniting, teóloga y activista por la justicia y el diálogo interreligioso”, se presenta en su blog.
En una entrevista para ABC News, la reveranda explicó que creció en una zona rural muy conservadora de Inglaterra y luego se mudó en 2001 a Australia, junto con su esposa y sus dos hijos; a pesar de que en su vida todo parecía en orden, no se sentía como ella misma.
“Nunca me sentí realmente cómoda conmigo como hombre desde una edad muy temprana y nunca pude ponerlo en palabras”, dijo a ese medio.
Fue en un viaje a París, en 2015, después de ver la película La Chica Danesa, que Josephine pudo entender mejor sus propios sentimientos y los compartió con su esposa Penny, quien también es reverenda, “ella se enteró muy al inicio de nuestro matrimonio, pero creo que ella pensaba que yo era trasvesti. Pronto se dio cuenta que yo era mucho más feliz cuando me era posible expresar mi identidad“.
Y explica que incluso la intimidad es mucho mejor desde su transición pues antes, al no sentirse cómoda consigo misma, era muy difícil permitir que su esposa Penny la tocara, “incluso somos más cercanas porque hay menos distancia, no estoy perdiendo mi tiempo peleando conmigo misma y es más fácil amarla”.
Hijas, además de ser madre y esposa, Josephine dirige una de las comunidades religiosas más progresistas de Australia (y probablemente del mundo) y los feligreses la recibieron con los brazos abiertos.
La reverenda asegura que aceptarse y visibilizarse como mujer trans ha sido una de sus mejores decisiones.
