¿Se acuerdan del caso de hace apenas unas semanas, de aquellos pendientes que la línea de joyería Cartier remató por accidente en su página web a un chico mexicano? Pues la historia se repite hijas ¡Parece epidemia de errores virtuales!
Ahora fue a mi adorada sobrina, la mocatriz Raquel Martínez, a quién le aplicaron el «cartierazo», pero ahora con un auto de la Mercedes-Benz, unas de las líneas automotrices de lujo más importantes del mundo.
Resulta que la juez de «La más Draga» se encontraba navegando por la página web de la prestigiosa marca alemana cuando se percató que uno de sus automóviles de lujo tenía mal el precio.
El modelo en cuestión fue un «Mercedes-Benz AMG A3», el cual tenía marcado el precio de $68,519 ¡pesos mexicanos! Obviamente, por muchas «rebajas» o «descuentos», ningún automóvil de esta línea automotriz alemana tiene ese precio hermanxs.
Ni lenta ni perezosa, mi comadre «Mami Ra» se puso en contacto con PROFECO para buscar respuesta ante este suceso. También dre pute, el usuario de X que tuvo la controversia con Cartier (#LordCartier le dicen ahora manas), se puso en contacto con Raquel para compartirle su experiencia.
Tras notificar a la PROFECO, Raquel esperó respuesta de la marca automotriz ¡pero estos cerraron su página web! Han de haber rodado cabezas dentro de la marca por este lamentable error hijxs.
Lo cierto es que mi Raque se lanzó «volada» a las oficinas de Mercedes-Benz México. Mi comadre compartió toda la chisma en su perfil de X. En el lugar, un vendedor le recomendó ir a la planta de la marca en México. También PROFECO le recomendó ir a la Oficina de Defensa del Consumidor (ODECO) más cercana a exponer este curioso caso.
Por supuesto en redes las reacciones no se hicieron esperar. Desde gente majadera que profirió insultos contra mi comadre acusándola de aprovechada, hasta usuarios que le ofrecieron apoyarla con asesoría y gestiones.
Cabe señalar que Raquel no es la culpable del incidente. Ante lo que ha sucedido recientemente, la línea automotriz y otras marcas y empresas deben de tener estándares más rigurosos y revisar a detalle lo que se publica en sus páginas web y redes sociales.
Tampoco el personal que cometió el error merece que le cueste la chamba hijxs. Finalmente somos humanxs y podemos cometer errores como cualquiera. Ojalá la empresa lo considere.
Además no seamos mustias manas. Si a algunx de nostrxs se nos presenta una oportunidad así ¡me cambió de nombre si no la toman!
Hasta el cierre de esta nota, Raquel seguía en espera de respuesta sobre el caso. A ver que nos va compartiendo en sus redes ¡porque ya nos dejó picadxs con la chisma!