Un preso en Chicago no tuvo para pagar su fianza y se quedó en la cárcel pero su locura lo llevó a hacer cosas extremas como protestar comiéndose de todo.
Ha mordido los barrotes, se ha comido el uniforme, las colchas e incluso los utensilios de la enfermería.
«Se está comiendo la cárcel» señaló la directora del penal.
Este joven afroamericano enloqueció y parece que ha llevado su protesta al extremo.