El sexo seco busca otorgar más placer a los hombres, con más fricción y dolor para la mujer.
Es una práctica que se reportó en el sur de Africa, donde las mujeres empleaban (y aún emplean) materiales como: detergente, algodón, medias, hierbas, periódicos, ‘mutendo wegudo’ (tierra con orina de mandril), para secar sus vaginas y que el hombre experimente mucho más placer durante las relaciones sexuales.
Supuestamente, al estar menos lubricado, se generaría más presión y el hombre disfrutaría más al hacerlo.
Médicamente la falta de lubricación es una importante razón de suplicio para las mujeres y para los hombres. La humedad en la vagina tiene su razón de ser. Además de facilitar las relaciones sexuales, brinda protección para evitar la llegada de bacterias.
Introducir elementos como detergentes o arena en la vagina podría provocar severas laceraciones. El condón tampoco podría circular libremente, de hecho, aumenta el riesgo de que se rompa.
Así que lo recomendable es preservar el humedad en el área, ya sea con la lubricación natural de la mujer o con los lubricantes que pueden encontrar en cualquier farmacia o sex shop.