Hijas e hijos por desgracia esta noticia no me da alegría, al contrario, me provoca tristeza y coraje como creo que a ustedes también mis queridos escandalibers.
Dos de mis hijas trans que se dedican al trabajo sexual en Puebla se convirtieron en víctimas de robo y violación por parte de sus clientes. Mi querida Puebla desgraciadamente se volvió una vez más en escenario de agresiones en contra de mis hijas trans. Apenas el 4 de julio manas, tres mecánicos dispararon a Jeidy, una joven trans luego de insultarla y perseguirla en Tehuacán, Puebla. Esta vez dos hijas mías trabajadoras sexuales del municipio de Tepeojuma.
La mañana del 5 de julio vecinos se percataron de que mis hijas se encontraban golpeadas y amarradas a un árbol, por lo que procedieron a ayudarlas. Mis hijas se identificaron como Esteban y Karla, quienes me contaron todo el tema y me comentaron que fueron asaltadas y violadas por sujetos que contrataron sus servicios sexuales.
Claramente en la denuncia que hicieron ante la Casa de Justicia de Izúcar de Matamoros, Puebla, mis hijas indicaron que conocieron a sus agresores, que las abordaron en un bar y las contrataron, las llevaron a un hotel donde las golpearon y violaron. Después, les robaron el dinero y sus pertenencias.
Finalmente las abandonaron en Tepeojuma donde las amarraron y huyeron. Desgraciadamente manas, no solo en Puebla sino en el resto del país, mis hijas trans son las más vulnerables ante los crímenes de odio por su orientación sexual e identidad de género.
Y es que manas particularmente en Puebla, el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBTTTIQ reporto cinco asesinatos de mujeres trans.