Se dice que tras la muerte de Frida, Diego Rivera, su pareja, escondió varias de sus posesiones más en un baño de la Casa Azul en Coyoacán, con la idea de que ese cuarto fuera abierto 15 años después de que él muriera; sin embargo, en décadas posteriores.
Miyako entró por primera vez a ese lugar en el año 2004, para descubrir que dentro de esa habitación se encontraban accesorios, vestidos y otros objetos que en realidad eran de una de las artistas más emblemáticas de México.
Pero la gran sorpresa que se llevó Ishiuchi, fue que estas prendas tenían algo muy peculiar, pues descubrió que la pintora quien padecía Polio desde los 6 años (enfermedad que afectó su pierna derecha) ajustaba su ropa y accesorios para disimular su discapacidad.
En algunas de las imágenes podemos observar un par de zapatos, los cuales tienen unacaracterística especial, ya que en el derecho es muy notorio que la plataforma es más alta; además las faldas largas le permitían ocultar la diferencia de tamaño entre sus piernas.
La creatividad de Frida le permitió personalizar su vestuario de una forma espectacular, pero más allá de hacerlo para lucir bien, era una necesidad física, médica y también social. Para 1953 tras varias cirugías, Kahlo perdió la pierna derecha lo que la deprimió bastante, un año después moriría, pero su prótesis era un obra de arte.
