Una vez más, Donald Trump muestra su oposición a la comunidad LGBT al crear una nueva división de Conciencia y Libertad Religiosa dentro del Departamento de Sanidad para proteger la objeción de conciencia ante la provisión de ciertos servicios, como los abortos y tratamientos para pacientes transgénero, así se informó esta semana.
«La división se ha establecido para restaurar la implementación de las leyes federales que protegen el derecho fundamental e inalienable de libertad de conciencia y religión», afirmó en un comunicado el Departamento de Sanidad. Eric Hargan, el secretario de dicha institución, indicó que el presidente Trump «prometió a los estadounidenses que su Gobierno defendería vigorosamente los derechos de libertad de conciencia y religión, y esa promesa se cumple hoy».
Por su parte, el director de la Oficina de Derechos Civiles del departamento, Roger Severino, incidió: «nadie debería ser forzado a elegir entre ayudar a una persona enferma y vivir por sus convicciones morales y religiosas más profundas». La decisión supone una victoria para las posiciones más conservadoras y los grupos antiabortistas, y se oficializa tan solo a un día de que tenga lugar la llamada Marcha por la Vida, una manifestación anual que tiene lugar en la capital, Washington, y a quienes se dirigirá Donald Trump vía satélite en un mensaje esta semana.