Como aquí se los dije el fin de semana, manas, mi Nacho Palau, ex novio de Bosé, retomó lo que tenía pendiente contra el cantante desde hace meses por la pandemia: la batalla legal por su cuatro críos.
Ignacio estuvo la mañana de este lunes en el juzgado de instrucción número cuatro de Pozuelo de Alarcón, Madrid, España, para definir la situación de los cuatro hijo que tiene con Miguel: Ivo, Telmo, Tadeo y Diego.
Aunque los cuatro pequeños no comparten los mismos genes, Palau alega y defiende que crecieron y convivieron juntos como hermanos, porque así fueron concebidos para estar dentro de una familia, no afuera.
Sin declarar nada contundente a su llegada ni a su salida, el químico de profesión sí se dejó ver con un look informal y con cubreboca. En lo que respecta a Bosé, el intérprete de Nena salió por el garage del edificio gubernamental para evitar a los medios.
Ignacio Palau pide ya por la vía legal lo mismo para los cuatro hijos y que se determine el vínculo entre ellos, porque como les decía líneas arriba, los chiquitines no comparten los mismos genes y llevan ya mucho tiempo sin vivir en el mismo hogar. Ivo y Telmo son mellizos y viven en España con Nacho; Diego y Tadeo son cuates y viven con Miguel aquí en México.
«Fueron concebidos dentro de la misma unidad familiar y, por tanto, deben ser considerados hermanos a todos los efectos. Los niños se necesitan, todo es un despropósito. Lo que pido es el reconocimiento de que mis cuatro hijos son hermanos aunque biológicamente no lo sean. Fue un proyecto de familia que creamos Miguel y yo», fue lo que el escultor dijo en una entrevista.
Ignacio Palau y Miguel Bosé mantuvieron una relación sentimental por 26 años y ambos se encargaron de que su noviazgo siempre fuera muy discreto e hicieron hasta lo imposible por manejar un perfil bajo. Todo se acabó en 2018 y Palau regresó a Europa mientras que Bosé se quedó aquí en América.
Al no tener recursos ni ayuda financiera de Bosé, Nacho aplicó para que el gobierno español le brindara un seguro de desempleo y con eso, además de mantener a sus dos pequeños, tomó cursos de cocina y fue chef en un asilo por varios meses. Ese empleo lo perdió en septiembre porque la vacante era temporal y su contrato terminó. Ahora, recién entró a trabajar a una fábrica de embutidos y vive, con Ivo y Telmo, en casa de sus papás.