Con el apoyo de su comunidad, Carlos y Rogelio, de origen rarámuri, se casan en Chihuahua.
¡Manas! El día de ayer se llevó a cabo el primer matrimonio igualitario de origen rarámuri, donde Carlos Eduardo Lara González, de 18 años y Rogelio Aguirre López, de 20 años, se unieron en matrimonio.
Acompañados de su padrino y testigo Sergio Sotelo, Carlos y Rogelio se presentaron ante la juez del Registro Civil y firmaron el acta correspondiente y con ello ejercieron su derecho a unir sus vidas en matrimonio legalmente.
“Ya teníamos 3 años de estar viviendo juntos, pero teníamos miedo de que la gente se enterara, sin embargo, decidimos dar más solidez a la relación y ser el primer matrimonio igualitario rarámuri en el estado de Chihuahua”, declararon para El Heraldo de Chihuahua
«En nuestra cultura no están muy acostumbrados a ver este tipo de situaciones, pero se habló con la comunidad y se está abriendo poco a poco ante este primer enlace igualitario en toda la Sierra Tarahumara y sí, finalmente nos dieron el apoyo total”…“Queremos que esto llegue a muchas partes de la Sierra Tarahumara, personas gays, lesbianas, aquí en Chihuahua que sean de alguna etnia, que no tengan miedo a salir, somos igual que los demás, no tienen por qué discriminarnos, no hay que tener miedo de salir y ser lo que somos, basta de tanta discriminación hacia miles de personas, hay que hacer un cambio”, declaró la pareja.
Carlos y Rogelio destacaron que con esta acción buscan precisamente hacer la diferencia, «que sea un parteaguas para invitarlos y motivarlos a que si de verdad se aman lo den a conocer a todo el mundo, ya que el amor es universal”.
La pareja refirió que se conocieron por la plataforma de Facebook y empezaron a platicar por ese medio digital hasta presentarse. De igual forma señalaron que cinco meses atrás, ya habían querido llevar a cabo su matrimonio, sin embargo, en las oficinas del Registro Civil les dijeron que no se podía y tenían que realizar diversos trámites, como apelar en un juzgado y realizarse los exámenes médicos en una clínica particular.
“Gracias al apoyo de la Coordinadora de los Pueblos Indígenas y varios bufetes de abogados, hoy nuestro sueño es una realidad”, subrayó la joven pareja.